LOS PEREZOSOS
Su cabeza es redondeada y la expresión de su cara parece dibujar una sonrisa perenne. Su cuello tiene seis vértebras cervicales en los perezosos de dos dedos, y nueve en los de tres. Sus patas son diferentes, siendo las traseras más cortas. Las delanteras tienen uñas largas y ganchudas que les permiten agarrarse a los árboles para movilizarse, así como usarlas como arma de defensa. No tiene dientes delanteros y los traseros son cilíndricos, sin esmalte y más o menos iguales. Esto facilita la trituración de los alimentos.
Su lentitud no se debe a la pereza como algunos creen, sino que tiene razones más poderosas, y sobre todo, más inteligentes. El motivo por el que son tan lentos es porque disponen de muy poca masa corporal. Esto no permite que tengan mucha energía, por lo que deben aprender a administrar la cantidad que la naturaleza les aporta cada día.
¿Cómo lo hacen? Con movimientos lentos. Los perezosos viven en un árbol de manera solitaria. Una vez a la semana bajan para hacer sus necesidades. Hacen esto cavando un hoyo en la base del árbol, y tapándolo después. Tras esto, cambian de casa, es decir, de árbol. No obstante, este tiene que ser uno que no esté habitado, lo cual pueden deducir por el olor. Si no huele a heces de otro perezoso, quiere decir que no está habitado y que es apto para vivir en él.
Y vuelta a empezar. Bajan una vez a la semana y cambian de casa después de hacer sus cositas.